Buen salto, dura caída.

El pasado jueves me quedaba sorprendido al enterarme a través de twitter de la muerte de Yago Lamela. Todas las pérdidas son dolorosas, pero la pena se agudiza cuando el fallecido es una persona joven y mucho más cuándo puede ser motivado por un abandono de la ilusión por vivir. Me pregunto ¿qué es lo que da sentido a nuestras vidas y  hace que mantengamos las ganas de vivir? Puede ser nuestra pareja, nuestros hijos, nuestras aficiones, nuestros trabajo, nosotros mismos…

Un deportista de élite  es, o debería de serlo, las 24 horas al día. Debe entrenar muy duro en cada sesión,  controlar las comidas para no pasarse de peso, descansar bien, vigilar si el medicamento que se toma para bajar la fiebre está permitido, soportar la presión del entorno de cara a conseguir los resultados…y todo esto lo hace porque se dedica a una actividad que le apasiona. La satisfacción que consigues al cabo de cada día o la temporada, compensa todo este esfuerzo continuado invertido. Si el sacrificio hecho no compensa, empezará a generarse ansiedad y/o es el momento de pensar en la retirada.

Dos libros recomendados para cualquier persona que se enfrenta a un cambio de etapa

Dos libros recomendados para cualquiera que está en un cambio de etapa

Terminar etapas es bonito y duro a la vez. Se cierra un período de tiempo de tu vida y se abre un nuevo escenario desconocido al que te tienes que enfrentar. Los jóvenes que terminan sus estudios, parejas que empiezan una vida en común o profesionales de 65 años que se jubilan después de 40 años trabajando son ejemplos que todos nos podemos imaginar. Pero ¿cómo afronta un deportista la retirada? En las empresas, a los 35 años un profesional está en su mejor edad. Ya tiene cerca de 10 años de experiencia, tiene capacidad de adaptarse a los nuevos cambios, posibilidades de promoción en su empresa, energía y vitalidad para hacer esfuerzo extra cuando las jornadas y los proyectos lo requieren. Pues  es en esa edad, un deportista tiene que abandonar y empezar de cero.

Julio García Mera (@juliogarciamera), ex-jugador profesional de Fútbol Sala y Campeón del Mundo y de Europa lo cuenta magníficamente en su  libro «Cuando el Deporte te Abandona» recogiendo testimonios de ex-deportistas de élite como Kiko, Hierro, Emilio Sánchez Vicario… En el libro se habla de lo complicado que es abandonar algo que ha ocupado toda tu existencia y en el que muchas veces te sientes fuerte para seguir logrando algún éxito. Pero además, también habla de los casos en los que se tiene que dejar la práctica deportiva por lesiones o enfermedades. Estos casos son los más difíciles de gestionar ya que la decisión no la has tomado tú, sino que sientes que te han echado del mundo en el que vivías. Albert Serrano Pons (@PostFutbolista), en su libro «Postfutbolista: De Futbolista de segunda división a ejecutivo de primera» habla de como pasó de compartir vestuario con Iniesta y Victor Valdés en el Barça «B» a ser Director general de Privalia en México. En él, nos enseña como un deportista tiene que saber aceptar esta situación, reinventarse profesionalmente y prepararse para las nuevas etapas laborales que están por venir.

Vacío emocional

Muchas veces me llama la atención que las personas quieran seguir trabajando  y dando cuentas a un jefe una vez alcanzados los 65-70 años. Luego entiendo que el motor de la vida de esas personas es su trabajo, y en caso de no tenerlo, tendrían un vacío que les es muy complicado llenar. Eso mismo, es la sensación que debe tener un deportista cuando tiene que abandonar, con la diferencia que tiene que llenar ese vacío para los 45-50 años que le quedan de vida. Además, en muchos casos se pasa de un reconocimiento social y económico a un ostracismo que puede dificultar la toma de decisiones.

Al igual que Albert Serrano, Borja Criado es otro ex-futbolista de segunda división que quiso centrarse en los estudios  a la vez que competía,  sacándose las oposiciones a notaría. Su decisión de dejar el fútbol vino propiciada por  por una sanción al positivo en un control antidopaje. Borja había tomado un fármaco para evitar la caída del cabello y aprovecho esos años de suspensión para prepararse las oposiciones una vez que había terminado ya la carrera de derecho. Borja, tuvo muy claro que había que tener un Plan «B» y él optó por el estudio y las leyes.

Bajo mi humilde punto de vista, es esa falta de un Plan «B» uno de los motivos que desencadena la caída de un deportista una vez finalizada su carrera profesional. Eso, junto con una mala gestión de los éxitos o los fracasos,  y presión del entorno hace que se tenga un caldo de cultivo idóneo para llegar a situaciones de ansiedad, depresión o insolvencia económica. ¿NO se puede hacer algo más a través de las Federaciones, Organismos Oficiales o Empresas? Un deportista retirado aún puede aportar mucho a la sociedad y en especial al mercado laboral y a la enseñanza de valores en las etapas de la infancia. Pero hace falta hacérselo ver y prepararle desde años antes a su retirada. Valores que pueden ser aprovechados por el deportista para la sociedad son: Compañerismo, esfuerzo, responsabilidad, orientación a logros, tolerancia a la frustración, constancia, imagen de marca, adaptación a entornos internacionales

Con mi experiencia en RRHH y con el Master de Alto Rendimiento y Coaching Deportivo que estoy realizando, desde aquí me ofrezco a deportistas, federaciones y organismos deportivos  a colaborar en la realización de algún TALLER, Seminario o sesiones individuales  para tratar de trasladar todo el potencial de un deportista/ex-deportista a otras etapas laborales.